DESARROLLA TU CUERPO, TUS EMOCIONES, O TU MENTE
TU CARTA DEL DÍA
Mindfulness 1. Caminando por la calle vas tomando conciencia de tus pasos: fíjate cómo tus pies entran en contacto con el suelo, como cada parte del talón a los dedos del pie se van movimiento en contacto con el suelo hasta articular el paso. Y a continuación, fíjate cómo mientras acabas de dar un paso, el siguiente ya se inicia. ¿Caminas rápido o lento? 2. Te enfocas ahora en tu respiración. ¿Cómo respiras? ¿profundamente? ¿haces respiraciones cortas? ¿entra mucho aire en tus pulmones? 3. Después, estate atento a cómo miras el mundo ¿tienes la mirada muy enfocada o cerrada? ¿la tienes muy abierta, a 180o? Vas pasando por estos tres niveles, quedándote atento unos 2 minutos en cada uno. Prueba a moverte, mirar, respirar de otros modos.
Movimiento espontáneo Elige una música suave que te guste para acompañarte en este ejercicio. Empieza desde el suelo, con los ojos cerrados, y toma contacto contigo mismo un momentito, a ver cómo están tus ganas de moverte (¿lentamente, rápidamente…?), y deja que tu cuerpo encuentre el movimiento que necesite, sea estirarse, o cualquier movimiento que nunca te había encontrado y que llega ahora. Deja un tiempo para que el cuerpo se exprese. Y si vienen las ganas, ponte en pie lentamente. Abre los ojos y sigue el movimiento. Deja que fluya tu cuerpo entregándote a tu inspiración en este momento. Eres libre. Hazlo solo o acompañado.
Explora tu cuerpo Hazte un auto-reconocimiento corporal. Toca y mira todas las partes de tu cuerpo, y todas las zonas que tienes menos visitadas. Para esto, consigue un pequeño espejo que te ayude a llegar a esos lugares donde tu mirada sola no alcanza. Vas palpando, reconociendo, acariciando… para descubrir las sensaciones y percepciones que se despiertan con ese contacto: suavidad, aspereza, dureza, tensión, relajación, calor, frío, humedad, dolor, placer, cosquillas, vibraciones, pulso, flujo sanguíneo, de aire, color, flacidez… Explora desde la epidermis hasta el hueso, de los cabellos a las uñas de los pies. Toma tu tiempo en cada zona, para hacer un recorrido dándote cuenta de lo que sientes. Encuentra tu comodidad: usa un albornoz o una sábana si lo necesitas.
¡Eres más! Tómate un momento para valorarte a ti mismo y para reconocer todo el valor que TÚ tienes. Toma papel y lápiz y escribe todo lo que haces bien, todas tus cualidades. Si necesitas una ayuda… ¡recuerda a las personas que te aprecian y te quieren! Elige 2 de esas cualidades y dibuja lo que sientas fluir a tus manos. Si puedes añádele colores.
Rayos de sol Estás en el tren, en casa … y tienes un rato para estar contigo mismo. Ponte cómodo, y piensa en cómo estás ahora en tu vida, en tu momento vital: tu salud, tus relaciones, tus pasiones… Respira profundamente y cuando lo sientas, escucha la grabación. Cuando ésta se haya acabado, quédate un momento quieto y observa cómo estás ahora y si notas un cambio.
El héroe de tu infancia Recuerda el personaje de infancia (sea un personaje de novela, de los cuentos, protagonista de una peli, o de teleseries, famoso, famosa…) en quien te miraste como en un espejo. En tu situación, en tu vida actual, ¿en qué aspectos todavía te identificas con ese personaje? ¿tu vida hasta ahora tiene algo que ver con esa historia? Expresa lo que te viene al pensar todo esto mediante un collage, donde puedes utilizar recortes, dibujos y fotos, actuales o pasados, objetos-recuerdos, etc.
Encuentro real Mientras estás en conversación con otra persona, pon tu atención en lo corporal, lo propio y lo del otro. Quédate en un estado de recepción total, de escucha amplia, sin buscar a entender, sin juzgar, de manera ecuánime. Atento a lo que ocurre adentro y afuera. Deja a un lado las palabras que escuches, y los pensamientos que lleguen, y quédate en contacto con lo corporal y con cómo te estás sintiendo.
Inspirado directamente por el juego Demundus.